sábado, 27 de abril de 2013

Bienvenidos al Blog de la Economía Cósmica

Buscador/a del equilibrio en el mundo material:

Mi nombre es Martín, soy un buscador como vos, nacido en una pequeña ciudad llamada Esquina, situada al sur de la provincia de Corrientes, Argentina. Tengo 26 años y dentro de las cosas que viví a lo largo de mi vida, me recibí de la carrera de contador público nacional en febrero de 2010 en la Universidad Nacional del Litoral (UNL) de la ciudad de Santa Fe, Argentina. Particularmente mis últimos tres años de vida se han caracterizado por una intensa búsqueda interior, combinada con crisis existenciales, de las cuales aprendí mucho, me han fortalecido e incorporado mucha sabiduría para encontrar mi equilibrio interior.

Específicamente en el mes de noviembre de 2010, tuve dos crisis existenciales muy fuertes, vinculadas al mundo material, donde no encontraba la manera de poder existir en este mundo junto con sus "leyes humanas aparentes" y mi propio equilibrio interior además de mi sensibilidad humana. Fue allí, que algo me dijo: "escribí" dentro mío, agarré papel y birome y "dejé salir todo"... Allí empezó a fluir una "conferencia en mi cabeza" donde yo hacía preguntas y yo mismo encontraba las respuestas... Curioso como siempre fui, no dejé nada sin preguntar (de lo que me interesaba saber de la economía y mi vida en ese momento) y eso fui transcribiendo... Sin tocar el texto original, permití a mi mente sólo ordenar los títulos y cosas por el estilo, pero no "meter mano" en lo que había salido en ese momento de ese modo tan particular.

Eso que salió tenía título: Economía Cósmica... Es la historia de esta (¿loca?) teoría que invito a que descubras y sometas a tu mente crítica y a tu experimentación, como buen científico de vos mismo/a...

¡Bienvenidos a este espacio para compartir nuestras experiencias y sabidurías adquiridas mediante nuestra experimentación del mundo!

Desde este buscador del equilibrio en este mundo de materia, para ese otro buscador/a del equilibrio en este mundo de materia...

De buda a buda...

Que todos los seres encuentren su equilibrio
Que todos los seres descubran el amor

Gracias por permitirte buscar...
Martín

P/D: Comparto la información de este blog en un PDF sin derechos de autor para que puedas imprimirlo o leerlo en la compu, en tu e-reader, teléfono, etc. Y que circule y toque muchos corazones!


viernes, 26 de abril de 2013

Economía Cósmica

Economía cósmica
Es la manera en que se organiza el universo para que todos los seres se relacionen entre si, a través de una gran “ley cósmica” que es la reguladora de todo lo que recibimos en nuestra vida. Es la “justicia divina” que muchas religiones nombran, que hace que recibamos todo lo que nos merecemos.  Así como se entiende en el capitalismo que el mercado regula los precios y la producción, a nivel cósmico, existe una ley que regula todo lo que recibimos en nuestras vidas, más allá de los simples bienes materiales y el dinero. El tema es que, a su vez, lo que recibimos solo en concepto de bienes materiales y dinero (como parte de todo lo que recibimos en nuestra vida), no es una excepción a esta gran organización cósmica, todo obedece a una misma ley, todo tiene una causa, nada es por casualidad. Lo interesante es que, queramos o no, todos formamos parte de esa gran economía cósmica, nadie puede salir de ella, y por ignorancia de su funcionamiento caemos en una vida de carencia y disgustos totalmente innecesaria, si descubriéramos la manera de estar en ella en armonía.
Ley cósmica: Dar = Recibir
Es la ley que hace que todos obtengan lo que se merecen. Es la famosa frase: “uno cosecha lo que siembra”. Es por ello que muchas religiones aceptan la frase “no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hagan a ti”. Aquí descubrimos que la ley de la física de “acción y reacción” que descubrió Newton es totalmente cierta y que va más allá del campo de las fuerzas de la física como lo había observado en su tiempo nuestro hermano Isaac.
Pero para quienes no lo entiendan de esa manera, y necesiten una teoría, podríamos crear una igualdad matemática: Dar = recibir. Esa es la gran ley cósmica. Cuando alguien “da”, en el universo se genera un vacío que debe ser rellenado, entonces debe “recibir”, y ese mecanismo opera independientemente de que nosotros lo conozcamos o queramos intervenir. Es más, opera a cada minuto y segundo de nuestras vidas. Cada día que despertamos podemos sonreir y decir: ¿qué será que tiene el universo esperando para mi hoy?
Lo que recibimos: nuestro “haber cósmico”
Los orientales lo suelen llamar “karma”, palabra que significa “acción”, y representa a todo lo que nos corresponde como resultado de nuestras “acciones”.
En términos simples, nuestro haber cósmico, o sea, lo que recibimos constantemente día a día en nuestras vidas, no es más que el resultado matemático de esa ley: “dar = recibir”.
A veces nos quejamos porque no nos gusta lo que recibimos de la vida. Estamos disconformes con el trato de otras personas hacia nosotros, con alguna enfermedad que nos haya tocado, con alguna situación difícil que debemos enfrentar, con el ingreso que obtenemos en nuestro trabajo, con el amor y comprensión que recibimos de otros, etc. Lo que sucede en fin es que “ignoramos” que todo ello es resultado de lo que “nosotros mismos hemos generado”
Todas las cosas buenas y malas que nos pasan, el trato que recibimos de los demás, el amor que recibimos, los bienes materiales y comodidades, son todos resultado exclusivamente de lo que nosotros “dimos en el pasado” al universo. O de nuestras “acciones en el pasado” como dicen los orientales en su concepción de karma.
Reflexión personal: ¿esta acción que rechazo, ocurrió por casualidad? ¿Puedo encontrar su raíz en alguna acción mía del pasado? O bien, ¿esta acción que me gusta, ocurrió por casualidad? ¿o soy yo mismo el responsable de ella? Nosotros mismos podemos comprender la ley cósmica, con el solo hecho de observar nuestro pasado y nuestro presente, solo debemos observar.
¿Qué es dar?
El “dar”, es el primer lado de la igualdad matemática. El “dar” es lo que los orientales llaman “acción”. Son todas las acciones que controlamos nosotros y “damos” al universo, a través de dirigírselo a cualquiera de los seres que lo integran, incluso a nosotros mismos!
El dar, matemáticamente va agrandando nuestro haber cósmico. En la “contabilidad cósmica” que todo lo registra y nada se le escapa, cada cosa que damos, se encuentra del lado del debe y va sumando a éste, que es lo que “tenemos derecho a recibir”. De esa manera, aumenta nuestro “haber cósmico”, que es lo que el universo tiene para darnos como resultado de nuestras acciones.  Podríamos decir que Fray luca paccioli descubrió en la contabilidad comercial y la partida doble algo que en verdad existe a nivel cósmico.
¿Cuáles son las formas en que damos al universo?
Los orientales, al concebir el karma, hablan de “acciones” que damos y que son de tres tipos (mentales, físicas y verbales). Podemos simplificar que cuando damos algo al universo (a una persona, a la naturaleza, a nosotros mismos) puede ser alguna de estas tres cosas:

·         Acciones
·         Palabras
·         Pensamientos

Y todas tienen un resultado equivalente en retorno para nosotros.
Pero como podemos apreciar, detrás de toda acción y toda palabra, existe primero “un pensamiento” e importante destacar: “una intención”.
Otra manera de ver lo que damos, podría ser que siempre damos “intenciones”, “pensamientos”. A veces materializados en palabras o acciones y a veces no materializados, quedando como simples pensamientos. Y lo que el universo realmente toma en cuenta es eso: “la intención” más que la “cáscara que vemos” que es la acción y la palabra. 
Experimentación personal: observo mis últimas acciones y palabras del día: ¿de qué intenciones estuvieron impregnadas? ¿qué resultados produjeron? Puedo hacer el siguiente experimento: hacer una “misma acción” pero con diferentes intenciones: por ejemplo: darle un abrazo a alguien sintiendo la intención que queremos mucho a esa persona y luego, dar un abrazo a otra persona, sintiendo que despreciamos esa persona, pero queremos que piense que la queremos… ¿qué conclusiones saco? Cuando probamos estos experimentos, nos volvemos verdaderos científicos de nosotros mismos, como nos lo mostró un gran científico de sí mismo en la humanidad: el buda.
Un “dar invisible”, pero poderoso
Además, a veces podemos no dar nada visible o apreciable, como una palabra o acción, simplemente damos “pensamientos amorosos” que constituye la forma más poderosa de dar que tenemos como seres humanos.
Cuando vemos un niño pidiendo monedas en la calle y en vez de juzgarlo solo lo miramos con amor y “deseamos” lo mejor para él en su vida. O podemos pensar en una “meditación”, para quien lo practique, al visualizar que damos amor a algún ser humano que lo necesita, o salud, o fuerza para que resuelva su situación difícil o damos luz al planeta completo. O también algunos lo pueden hacer desde “la oración”, no importa la religión, la creencia, importa solo los pensamientos amorosos que dan al universo. Podemos tener diferentes religiones o no tener ninguna, creer en diferentes cosas, pero hay algo que ningún ser humano descree: el poder del amor.
Y todo ello es un “dar extremadamente poderoso” que el universo retribuye de manera muy generosa. Pero no tenemos que pensar en la retribución para no teñir nuestra intención con algo menos elevado, solo disfrutar el dar que lo demás ocurre solo…
el verdadero dar: “el dar virtuoso”
¿Cómo me doy cuenta que estoy dando de manera virtuosa? Es muy simple. El dar de esta manera, nos hace felices, nos da alegría. Es como pensar: que alegría que siento al ver que pude dar esto que está a mi alcance y para este ser que lo recibe es tan importante! Qué alegría me produce su alegría!
Por el contrario, si no somos felices al dar, es un síntoma de que estamos con miedos y enfocados en el recibir. Nos damos cuenta cuando nos hacemos la pregunta: ¿Qué sentí al dar? Y quizás la respuesta puede ser: sentí que la persona fue ingrata, no me dio ni las gracias (esperé la gratitud), que no me pagó lo suficiente, en fin, que “no recibí lo que yo esperaba”. Y si esperaba “recibir”, entonces mi foco de atención no estaba en el dar, sino en el recibir. Solo iba a ser feliz dando, si recibía aquello que esperaba, por ende, no disfruté ese acto de dar.
Y para saber si tuve un acto de dar virtuoso, puedo preguntarme luego de cada acción, palabra o pensamiento que di: ¿qué me hizo sentir? ¿me sentí feliz al hacerlo? ¿disfruté del acto? ¿sentí que no necesité nada a cambio, que sólo la felicidad de ese acto fue justificativo de hacerlo? Si la respuesta es si, felicitaciones! Has hecho un acto de dar de manera virtuosa! Fue un dar que has disfrutado, de manera desinteresada y por ende, fue un acto de amor. Has aumentado enormemente tu haber cósmico! Pero lo más importante aún es que “has sido feliz”!!!  Doble alegría: feliz en el presente y feliz en el futuro (con lo que te depara como resultado de ese dar virtuoso).

Cuando descubrimos que somos felices al dar, en ese instante empieza a cambiar nuestra vida. Es más, quizás uno haya estado en el “círculo vicioso del dar” que generalmente es de manera más miedosa, más mezquina y cuando experimente una primera acción de dar desinteresada, pueda emocionarse, sentir algo fuerte en el corazón y hasta llorar por haber descubierto esta nueva forma de dar…
En la India es bastante común ver esto y ellos lo ven de la siguiente manera: “nuestra vida es un servicio para los demás”. Y podríamos pensar en nuestros términos:  “nuestra vida es un constante dar al universo”. Aunque no queramos, aunque nos propusiéramos no dar nada a nadie, invito a la reflexión personal: ¿alguien puede estar en estado de “no hacer, no hablar y no pensar”? o sea, ¿estado de “no dar nada al universo”?...
Creo que ya  en este momento nos hemos dado cuenta que nuestra vida es un “dar contínuo de pensamientos, acciones y palabras”, solo que no lo habíamos visto antes ese modo, y quizás al pensar en “dar” solo imaginábamos “acciones” como: dar limosnas o regalar cosas materiales sin siquiera observar la intención además. Solo debemos cambiar el enfoque viejo que teníamos centrado en el recibir, para otro centrado en disfrutar lo que estamos dando, ya que no nos queda otra opción además. ¿Quieren ejemplos? Digo algunos, el resto se les ocurrirá a ustedes:
·         Me propongo disfrutar cuando me lavo la cara y los dientes a la mañana o cuando me peino. Me estoy dando higiene a mi mismo, y por ende, al universo, y disfruto de hacerlo! Lo hago contento. Qué hermoso es higienizarme y cuidarme! Qué alegría!
·         Si trabajo de mañana y tengo que pagar para desplazarme, pago disfrutando, sabiendo que estoy dando dinero a alguien (un taxista, un colectivero o el que carga combustible a nuestro medio de transporte) y ese dinero, le permite vivir. No le estoy dando dinero, le estoy dando una intención amorosa que dice: “me encanta colaborar en tu sustentamiento y el de tu familia, lo hago con mucha satisfacción”. Es imposible no sonreir cuando una siente esa satisfacción desde el corazón, y por supuesto, le regalo esa sonrisa también.
·         En mi trabajo, disfruto de trabajar, y como lo hago? Como los hindúes, sabiendo que lo que yo hago (ya sea barrer la oficina, cocinar, limpiar, organizar papeles, dirigir personas, etc, etc)  es “sumamente necesario” y contribuye a aliviarle problemas a otros. Todo trabajo es importante, ya que es necesario. No hay trabajo indigno o “no importante”. Cuando comprendo esto, disfruto de contribuir a aliviarles los problemas a los demás a través de mi trabajo.
·         Cuando compro cosas con dinero: Disfruto de “fomentar” que las personas vivan de su trabajo. Si es una empresa, de contribuir a que dé empleo a muchas familias. Si es una persona individual, de contribuir a su sustentamiento y al de su familia. En ese momento que estoy dándole el pago en billetes, lo miro a los ojos con mucha satisfacción, sabiendo que soy uno de los que le permite sustentarse materialmente en este mundo.  Es muy gratificante pagar con dinero de esta forma. ¿Lo sintieron alguna vez? ¿Sintieron la alegría de pagar sabiendo que están contribuyendo al sustentamiento de ese ser humano?
·         Encontré en mi placard una remera muy linda que nunca la uso ni la pretendo usar, pero conozco un chico de la calle que siempre veo y es de mi mismo talle! Qué alegría es ver sus ojos al recibir su remera nueva! No espero ni las gracias, su mirada de amor es un regalo para mi! Soy yo el agradecido!
·         Qué alegría es darle una contribución a ese chico que limpió el parabrisas de mi auto, que no sabe qué otra cosa hacer para sustentarse y yo, con mi abundancia, tengo el privilegio de contribuir con su sustentamiento. Qué alegría su rostro y mirarlo a los ojos en el momento de darle esa contribución!
·         En mi casa, con las personas que vivo, siento ganas de cocinar y agasajar a todos con una rica comida! Disfruto el lavar las verduras, el picar la cebolla, el hervir unas pastas. Seguramente me escucharán cantando o silvando. Mientras lo hago sé que estoy “dando” algo a otros y a mi mismo. Como no voy a disfrutar de cocinar, sabiendo que gracias a que yo cociné, en mi casa van a disfrutar de una deliciosa comida, y la disfrutaré además yo mismo! Disfruté el momento presente al cocinar, y disfruté al comer. Esa es una acción poderosa, desinteresada, cargada de amor y el universo la premia de la misma manera. Pero fuera de eso, para mi fue un momento de felicidad en mi vida! Es lo que comprendemos al dar de esta manera. No es un momento de sufrimiento, sino todo lo contrario!
·         Un amigo me llama llorando porque una persona muy querida de él ha fallecido y yo descubro que tengo el sábado libre para estar con él. Qué alegría es poder darle ese abrazo y contención que tanto necesita en este momento! Qué gratificación su rostro y su sensación de calma al verme. Estoy yo agradecido de tener el honor de darle ese momento tan agradable que es en verdad mutuo!
·         Recuerdo que alguien de mi familia está muy enfermo y, en momentos de tranquilidad, que me siento tan bien conmigo mismo y con la vida que llevo, puedo detenerme un rato y pensar en algo lindo para esa persona. Le envío un pensamiento positivo. O desde mi religión, le hago una oración, o una meditación en su nombre. Qué bien me hace sentir que a lo lejos, lo estoy abrazando con mis pensamientos, dándole una energía positiva a su vida.
Y cuántos ejemplos más podrían venir a nuestras mentes. Cada uno de nosotros, una vida distinta, un trabajo distinto, costumbres distintas, creencias distintas, pero todos tenemos algo en común: todos queremos estar en paz, ser felices y disfrutar del amor en nuestras vidas. Y a su vez, en nuestro vivir, todos vivimos en estado de “dar”, sólo que muchos hasta ahora no comprendían porque el universo no era tan generoso con nosotros, era simplemente nuestra ignorancia, estábamos dormidos, girando en una rueda, como un pequeño hámster corre en su ruedita de metal...
Podríamos hacerlo eternamente, por los siglos de los siglos… Pero nos hemos dado cuenta: hemos despertado…

Me cuesta dar de manera desinteresada ¿cómo puedo hacerlo?

Primer paso: abro los ojos, comprendo la ley cósmica
El primer paso es “haberse dado cuenta de ello” y tener la “intención de salir”. Este es un paso de sabiduría: reconocimos nuestra ignorancia de la ley cósmica. No debemos sentir culpa, solo fuimos ignorantes, y por ello sufrimos por nuestra propia ignorancia, pero hoy algo cambió en nosotros.
Ahora que salimos de la ignorancia podemos hacer algo: tener la intención de cambiar nuestra vida a través de nuestros pensamientos, acciones y palabras, sobre todo, nuestros pensamientos!
Recordemos que la ley cósmica del dar y recibir es matemática y al universo nada se le escapa en su contabilidad cósmica. O sea, no puedo disfrazar acciones y palabras con intenciones negativas para que parezcan amorosas. Ni tampoco puedo esconder mis pensamientos que no se han materializado en acciones y palabras mías. Todo esto tiene un resultado cósmico para mi vida.
Recordemos la frase: “sonríe, Dios te está filmando”
Para quien le gusta la matemática: Podemos inferir una igualdad de conceptos entonces: “acción = dar”. Y cuantas cosas podemos descubrir matemáticamente ahora: “acción = dar”, “dar = recibir”, “acción = reacción”, “lo que uno siembra = lo que uno cosecha”, entonces “reacción = recibir = lo que uno cosecha” y finalmente es todo lo mismo: “acción (de newton)= dar (pensamientos, acciones o palabras) = lo que uno siembra= debe cósmico” es el primer lado de la igualdad y por el otro lado tenemos “ el recibir (resultado cósmico) = karma (budista) = reacción (newton) = lo que uno cosecha”. De alguna de estas maneras, o de todas, debo comprender la ley cósmica. Aunque la más importante es la experimentación, sin ella, solo la comprenderemos de manera intelectual. Por ello, debemos dar el siguiente paso.
Segundo paso: Borrón y cuenta nueva
Una vez que comprendimos esta ley, nos decidimos internamente a hacer un borrón y cuenta nueva. O sea, aceptamos los resultados bueno y malos de nuestro “dar” del pasado y empezamos “ya mismo” a sembrar nuestro nuevo futuro, para nosotros y para los demás seres. Esto es algo que cuando empezamos a aplicar, nuestra vida empieza a cambiar ya en el presente, no enfocados en los resultados del futuro, eso ocurre cuando empezamos a disfrutar el proceso del “dar cósmico”.
Es importante en el “borrón” el hecho de “no quejarnos” ni “rechazar” los resultados desagradables porque recordemos que si lo hacemos, estamos dando “un nuevo pensamiento negativo al universo” y seguimos en una rueda que se retroalimenta a sí misma. Por ello es necesario el borrón.
Y “cuenta nueva”, son los nuevos pensamientos, acciones y palabras que cambiarán nuestra vida ahora mismo en el presente y futuro. Ya no importa el pasado, solo importa el presente.
Tercer paso: Salgamos der círculo vicioso y entremos al “círculo virtuoso”.
Generalmente la traba que tenemos para dar de manera desinteresada, es que nuestro foco de atención suele estar en “lo que vamos a recibir a cambio” (dinero, reconocimiento, etc.) en vez de solo disfrutarlo y nada más, sabiendo que el recibir es algo que escapa a nosotros. Si lo analizamos, nuestro foco de atención está exactamente en el lado contrario de la ecuación: en el recibir. Lo podemos ver hasta en acciones muy simples. Pensemos cuando damos una pequeña limosna a alguien en la calle, ¿lo hacemos disfrutando? ¿nos ofendemos si no nos lo agradecen? ¿lo hacemos solo cuando hay alguien cerca que puede vernos? Allí comprenderemos uno de los tantos ejemplos de nuestros “dar enfocados en el recibir”.
Y ¿Qué nos lleva a enfocarnos en el “recibir”? El miedo. Es miedo a la carencia, a no tener en el futuro. Cuando comprendemos la ley cósmica del dar y recibir, comprendemos que debemos dejar de preocuparnos por el “recibir”, ya que ello vendrá solo, según lo que el universo nos asigne. Nuestro foco debe estar solo en el “dar”. Para quien está con muchos miedos, cuesta que de un día para el otro logre ver su vida de este modo y soltar ese gran miedo, pero de a poco lo vamos logrando, cada uno a su tiempo.
Alguno leerá el párrafo anterior y se asustará pensando: “esto me recuerda a la madre teresa y eso parece muy lejano para mi”. Y la respuesta sería: querer ser como la madre teresa es una meta interesante aunque ambiciosa, eso no se busca, sino que llega solo como parte de una evolución espiritual. Querer ser como ella cuando recién estamos aprendiendo nuestros primeros pasos de “dar de manera desinteresada”, sería como quien no puede correr un km y pretende correr una maratón de 40 km! Seguramente se frustraría bastante rápido y pensaría que no puede...
Debemos saber también que cuando nuestra vida se vuelva un constante “dar amor” incluso a seres desconocidos, es porque realmente entramos en la verdadera abundancia cósmica: nos hemos recibido de “millonarios cósmicos”. Es matemático: nuestro dar es abundante, desinteresado y amoroso, entonces, nuestro recibir es abundante, desinteresado y amoroso, aunque no nos lo propongamos, todo ocurre debido a esa gran ley cósmica.
Entonces, para entrar al círculo “virtuoso” lo hacemos aprendiendo a “dar disfrutando de dar”, que sería el “dar de manera virtuosa”. O sea, nos enfocamos solo en esa parte de la igualdad: “dar”. Y, a pesar de saber que el universo siempre nos va a premiar, “no enfocar nuestro dar en ello” porque caeríamos en lo mismo: “enfocarnos en recibir” y por ende entraríamos de vuelta al círculo vicioso y seguiremos sintiendo miedo a la carencia, en vez de sentirnos abundantes y completos, seguiremos vacíos y carentes.
Suena redundante, pero esa frase encierra una gran verdad: “dar disfrutando de dar”. Es muy simple dar, para ello lo único que necesito es recordar lo abundante que soy y cuando se presenta una situación en la que puedo compartir mi abundancia, me engrandezco por tener el honor de hacerlo! Sin esperar nada a cambio, ni las gracias! No importa lo que di: desde un abrazo, una acción gentil, una sonrisa, unas palabras bondadosas, mi trabajo, dinero en pago de un trabajo de otra persona, dinero en donación o un simple pensamiento positivo. “todo lo que hacemos es dar”.
La nueva economía consciente
Vivimos en un mundo de materia, donde tenemos un cuerpo, vivimos en la tierra, nos alimentamos de ella. En fin, mientras estamos en este mundo de materia, necesitamos de la materia, es algo que todos sabemos como seres humanos.
Y en esa necesidad de la materia, nos vimos obligados a organizarnos en sociedades, organizamos la producción y distribución de lo que necesitábamos para vivir: alimentos, vestimenta, viviendas, etc. Nuestras necesidades “materiales”. ¿Qué hicimos como civilización a lo largo de nuestra historia? “organizar nuestra casa”. De allí “economía” viene del griego: “oikos nomos” que significa “organización de la casa”.
Pero algo nos ocurrió, es que perdimos el enfoque. Nos olvidamos de que éramos abundantes. Nuestra casa, nuestro planeta, es abundante. El universo es abundante. Somos seres abundantes. Y nos perdimos en el miedo y toda nuestra vida pasó a ser enfocada de esa manera. Cada ser humano del planeta es incidido por nuestro sistema económico y político basado en el miedo y la mezquindad y los que ya lo han percibido, se sienten infelices y no pueden encontrar su propio equilibrio dentro del mismo, para vivir felices y no caer en el miedo que pareciera inevitable en nuestra forma de organización actual.
Afortunadamente, tengo una buena noticia para ustedes: podemos salir de la vibración del miedo y la carencia, siguiendo en el mismo lugar que estamos, sin necesidad de ninguna guerra contra ningún sistema, sin necesidad de discutir con nadie, de manera totalmente pacífica, siendo dueños de nuestra propia voluntad. Lo único que necesitamos hacer es conectarnos a la verdadera economía cósmica, una economía consciente, una forma de relacionarnos entre nosotros (seres humanos, animales, vegetales, minerales y otros seres) de manera amorosa y pacífica, siendo felices a cada instante de nuestras vidas.
Esta es la verdadera revolución en nuestro planeta: una revolución silenciosa, de amor y paz en cada ser del planeta. Como dijo el Dalai Lama: “la paz no es un camino, es el único camino”.
A continuación podremos analizar los distintos puntos de nuestro sistema actual que pueden generarnos contradicciones con nuestra esencia de amor y de paz, y paralelo a ello, un poco de sabiduría de nuestra economía cósmica, para darnos cuenta que “todo tiene solución”, son solo sugerencias, guías, pero luego cada uno podrá encontrar su propia manera de superar sus contradicciones provenientes de la vida material. Cada uno se sentirá más identificado con alguna de las contradicciones que con otras, algunos con pocas, otros con muchas, pero seguramente, todos encontrarán alguna que les generaba sensaciones encontradas en sus vidas, impidiendo sentirse plenamente equilibrados tanto material como espiritualmente.
¿El dinero es malo?
Nada es bueno ni malo en verdad. La bondad o maldad es una intención que impregnamos en nuestro “dar”. Cuando somos inconscientes y tenemos miedo a la carencia, impregnamos nuestros actos de ese miedo. Somos más mezquinos, no a propósito, sino por nuestro propio miedo. Entonces el dinero no es malo. El dinero es solo un elemento de nuestra “organización de la casa actual”, un papel que decidimos aceptar para intercambiarlo por los demás bienes, nada más. El significado de ese papel en nuestras vidas lo daremos nosotros mismos…
El dinero entra en nuestras vidas y se va. Pasa por muchas manos. Pasa con muchas intenciones, generalmente de miedo a la carencia. Y en algún momento llega a nosotros para que se lo demos a otros seres también con otra intención.
Allí justamente tenemos los dos grandes momentos: cuando lo recibimos y cuando lo damos.
Cuando lo recibimos, podemos ver de quien viene y sentir su intención. Si no es amorosa, podremos limpiarlo luego con una nueva intención, solo tocándolo y deseando que a partir de ahora solo tenga impregnado intenciones positivas y beneficie a todos los futuros seres que lo reciban. Recordemos que el dinero viene y luego se va, su función es el intercambio. No vale por sí mismo, sino por las cosas que adquiere.
Cuando lo damos, ya sea en pago de algo que hemos comprado o en donación, lo daremos con una intención virtuosa, entonces estaremos haciendo nuestro acto de “dar virtuoso” y seremos felices en ese instante, sin preocuparnos por nuestro merecido haber cósmico que estará esperándonos para darnos felicidad en nuestro futuro, además.
¿Cómo puedo sentirme bien en un mundo que se maneja con dinero y con miedos?

Saliendo del sistema económico actual:
Siempre es una opción salir del sistema monetario y generarse una economía de “auto-abastecimiento”, donde uno pueda fabricar su propia ropa, su alimento, su vivienda y no tener que relacionarse a través del dinero con nadie.
 También podemos pensar en vivir en un monasterio donde no toquemos el dinero, solo dedicando  nuestra vida a la espiritualidad, o sea al dar pensamientos y palabras positivas al mundo (y también acciones) para ayudar al resto de los seres humanos a salir del sufrimiento, lo cual es muy necesario! Y es de las ayudas más poderosas que nos pueden brindar como humanidad! Pero en verdad, todos ayudamos, desde donde estemos, solo cambiando el enfoque de nuestro “dar”. 
Decidiendo permanecer en el sistema económico actual resolviendo las contradicciones:
En este sentido, podemos pensar que “mientras aún persista” el sistema económico que tenemos en el planeta, basado en el miedo, que se maneja con dinero, nosotros podemos insertarnos pero “bajo nuestros propios principios”, no bajo los principios del sistema. O sea, “como verdaderos integrantes de la economía cósmica” mucho mayor que esta pequeña economía terrestre. 
Allí podemos ver que cumplimos dos grandes roles en la economía actual y podemos lograr hacerlo con mayor consciencia:
En la producción: el trabajo que nos permite sustentarnos
Aquí pasaremos de ser meros trabajadores a ser verdaderos trabajadores cósmicos, donde dejaremos que fluya el amor en nosotros. ¿Y cómo lo lograremos? Como decíamos antes: disfrutando de “hacer lo que hacemos”, sabiendo que es una tarea muy importante para el resto de la sociedad (y para el universo).Y debemos recordar de no estar enfocados en nuestra retribución económica (el recibir) porque ello nos impediría disfrutar el dar.
Este constituye un cambio muy revolucionario y cada caso individual presenta sus particularidades y dificultades. Es importante no frustrarnos si no podemos lograrlo de un día para el otro, lo importante es “tener la intención de lograrlo”. Esto es posible en todos los ámbitos de nuestra economía actual: desde el que actualmente es dueño de una empresa con empleados, el que es empleado de una empresa, o trabaja para el estado, o es cuentapropista, todos pueden enfocar su trabajo como “un dar acciones que otros necesitan”.  Pensar lo siguiente: “ya que lo estoy haciendo, puedo hacerlo de la mejor manera y disfrutándolo”. 
En este ámbito lo importante es: ser pacientes. Y no olvidarnos que estamos en una economía cósmica mayor que la economía meramente terrestre y material. Debemos mantener nuestro enfoque en el “dar” y no perderlo al ver el miedo de las demás personas que siguen enfocadas en el “recibir”. De ese modo, nosotros también seremos el ejemplo de que una economía mejor es posible, sin ninguna revolución con armas, solo una revolución interior, basada en la paz y el amor.

Contradicción de quienes son empleados
Lamentablemente, sabemos que cualquier persona que trabaje como empleado de cualquier empresa, no recibe el total del valor de su trabajo, por el simple hecho de que existe “la ganancia del empresario”. Ni tampoco es dueño de su tiempo, al no tener la opción de no ir a trabajar un día que se sienta sin energías o sin ganas, ni de establecer sus vacaciones con tanta flexibilidad, etc.
En fin, si todo aquello no representa contradicciones a la persona, está bien que siga allí trabajando. Si solo lo mantiene “el miedo a la carencia”, quizás es momento de iniciar cambios. Los cambios serán de acuerdo a la persona, desde renunciar y dedicarse a algún microemprendimiento propio, o formar parte de alguno solidario, donde no existan dueños hasta ir combinando alguna de estas opciones con seguir un tiempo en el mismo trabajo.
De todos modos, no todos tendrán la misma manera de actuar para integrar la economía cósmica. A pesar de nuestro sistema capitalista ser explotador, en el sentido de “extraer” al trabajador parte del valor de su trabajo transformándolo en ganancias del empresario, existen muchas empresas que de todos modos, son más flexibles, sabiendo esa realidad. Empresas con departamentos de recursos humanos muy desarrollados, que dan más flexibilidad de horarios a sus empleados, más servicios, mejores tratos, y quizás la persona que trabaje allí no se sienta muy disconforme. Lo importante es no guiarse por el miedo. Si uno permanece, es porque se siente bien allí dentro. 

Contradicción de quienes son empleadores
Este quizás sea uno de los casos más difíciles. Quien es empleador, o sea, quien es empresario y da trabajo a muchas personas, por lo general vive en un cúmulo de problemas que ello genera. La gran mayoría de los problemas derivan de su “dar enfocado en el recibir” (paga a los empleados o les da condiciones de trabajo a cambio de que produzcan mucho), esto genera mucha veces su propia desconfianza hacia ellos, la falta de estima de los trabajadores respecto de él, etc. En fin, un clima de trabajo de desarmonía, de no-paz, de no-amor.  
Este caso particular, en el que el empresario se ha dado cuenta de que “extrae el valor del trabajo de los demás” y eso le genera contradicción en su vida. Por ende comprende de que “no está dando de manera virtuosa” y quisiera salir de ese círculo vicioso que ya ha comprendido como funciona. Existen muchas soluciones. El primer paso es “querer cambiar”.
Para ello es necesario “no tener miedo”, no temer a lo desconocido, al futuro, al cambio. Debe tener mucha seguridad en sí mismo y en lo que busca: la paz y el amor en su empresa. Para ello debe recordar que somos seres abundantes, integrantes de esta economía cósmica abundante, y podemos proponernos un cambio radical. Los empresarios que decidan cambiar la realidad de sus empresas para que estén en sintonía con la economía cósmica, volviéndolas más democrácticas, pacíficas y amorosas, serán grandes ejemplos a seguir por muchos. Siempre existirán pioneros de cambio a quienes les podremos consultar sobre sus experiencias, y el termómetro para medir esos cambios será infalible: “la nueva vibración que existirá en ese lugar de trabajo”, con solo ir a conocerlo, nos daremos cuenta de ello…
Por todo ello, la buena noticia para el empresario que tenga esta contradicción y no lo deje dormir, es: “calma, todo tiene solución” si Ud. está leyendo esto, es porque ya ha entrado en un sendero de evolución hacia la nueva economía. La respuesta efectivamente, será encontrada por Ud mismo, pero puedo sugerirle a modo de ejemplo:
·         Hablar en una charla sincera con todos sus empleados haciéndolos partícipes de toda la empresa, iniciando un proceso de cambios graduales donde todos puedan opinar, estando dispuesto a abrir un debate participativo volviendo toda la empresa en una democracia, donde todos podrán ver todas las acciones de la empresa y decidir también, entre ello, la remuneración de cada integrante. Esto podría ser un puntapié de partida, iniciando un proceso evolutivo de cambios graduales.
·         Un escalón siguiente sería: Volver su empresa en una organización solidaria, como una cooperativa. Donde nuestras leyes ya contemplan mecanismos de decisión democrática en una organización donde nadie es dueño, todos son socios.
·         Si no se siente preparado para comandar esta nueva forma de organización democrática y esto le generará más desarmonía en su vida, puede “pasar la pelota a otro”: vender la empresa y esperar que otro pueda resolver esa contradicción, no importa que paguen menos de lo que vale su empresa ya que es imprescindible ser dueño de su tiempo completo para disfrutar de su vida a pleno en la nueva sintonía que está comenzando a vibrar la humanidad: la paz y el amor
Finalmente, mi mensaje para Ud. es: “se puede”, no tema. Ud. quiere entrar a la nueva vibración de la paz y el amor, y puede hacerlo! Ahora mismo! En esta transición a la nueva humanidad (que ya existe actualmente en el planeta), otros seguirán viviendo aún con los viejos patrones y seguirán siendo víctimas de su propio “dar vicioso”, pero ello no debe frenar su decisión firme de conectarse a la economía cósmica, relacionándose en armonía con todos los seres que lo rodean. Lo importante en fin es que, ante lo “desconocido”, “no temer”, tener en claro el objetivo de querer entrar a la nueva vibración, sin importarse tanto en el “cómo”. En este momento estamos despertando muchos contadores cósmicos y muchos otros profesionales de otras áreas que están vibrando en la nueva sintonía y nuestra función va a ser la de ayudar a plasmar en la práctica estos cambios para permitir que se manifieste la nueva vibración en nuestras vidas. Por ello, con gusto vamos a dar apoyo a todas las personas que nos lo requieran!

¿Cómo establezco el precio de mi trabajo?
Esta es una gran inquietud de muchos seguramente a los que el dinero les genera gran contradicción en sus vidas, ¿no es cierto? Diría que una de las preguntas del millón.
¿Por qué? Porque al poner un precio al final caemos en que “en verdad algo nos interesa del recibir” y cambiamos el enfoque del dar. Es allí donde se genera la contradicción. Sentimos algo de miedo de lo que vamos a recibir, tenemos miedo que “no sea suficiente”, entonces queremos asegurarnos un “mínimo” y eso lo hacemos fijando un precio.
Una enseñanza que dejó el buda, tiene que ver con nuestras acciones, en fin, “nuestro dar”: palabra recta, acciones rectas y recto sustentamiento. El dice que debemos vivir de la caridad, esto quiere decir, “de lo que los demás voluntariamente quieran darnos”.
Ahora podemos pensar un poco, recordemos siempre lo más importante en nuestros actos: “la intención”. Esa es la gran sabiduría que no demos olvidar para ser seres felices y abundantes, nuestro dar depende de ella. Cuando tengamos alguna duda de la rectitud de cualquier cosa que hagamos, observemos sólo la intención, y la respuesta aparecerá en nosotros mismos. Dijo el Buda también: no necesitamos que nadie nos diga “que está bien y que está mal”, simplemente debemos saber que: “cualquier acción nuestra que perjudique o perturbe la paz o armonía de otros, es una acción pecaminosa y, por el contrario, cualquier acción ayude a otros o contribuya a su paz y su armonía, es una acción virtuosa”.
Quizás la mejor manera de sentirnos bien, y de sacarnos de encima la necesidad de establecer un precio y cobrar sería tener una cajita de colaboraciones voluntarias, donde quien quiera pagarnos por nuestro trabajo, lo haga de manera voluntaria y con amor. De esa manera la contradicción en nosotros no existiría. Esa cajita podría contener una leyenda explicando su función o lo que sintamos escribir para que el “comprador consciente” contribuya.
Para quienes no sienten hacerlo de esa manera, podrían experimentar poner “precios conscientes”. Por ejemplo, poner un precio transparente, donde el que compra pueda conocer el costo y elegir el precio a pagar en función de sumarle un adicional al costo a su discreción. Y contemplando que si llegara a necesitar el producto y no puede pagarlo, podríamos regalárselo, ya que nuestra intención es “dar nuestro trabajo de manera virtuosa”. En este caso podrían aparecer muchos que nos paguen mucho, otros que nos paguen poco y otros a quienes les regalemos el producto. Pero nosotros solo debemos pensar en “dar nuestro trabajo”, el recibir no lo manejamos nosotros.
Una tercera opción sería también, en el caso de vender un producto que es fabricado por empresas grandes, podría informar el precio que ellas cobran, que sea visible en algún cartel, y dejarle al “consumidor consciente” que haga la elección de pagar el precio que él quiera, teniendo un parámetro de comparación. Sería una opción parecida a la anterior, sólo que en vez de informar el costo, informaríamos el precio del producto establecido por otros fabricantes que quizás lo hacen de manera más desarmónica en el planeta: contaminando, pagando de manera indigna a las personas, vendiendo productos nocivos, etc.
En fin, la contradicción de “establecer un precio y cobrar” se irá resolviendo de manera “evolutiva” y cada uno irá encontrando su manera. Las que nombré son grandes ejemplos, pero existen muchos intermedios que cada uno los irá encontrando para no enfocar su trabajo en el recibir, que es lo que verdaderamente importa. El hecho de que paguen por nuestro trabajo que no nos haga perder el objetivo de “disfrutar el hacer nuestro trabajo de manera desinteresada”, recordando el hecho de que lo que lo que recibamos, es el universo quién lo asigna. 

En el consumo: al comprar los bienes y servicios para nuestra vida
Aquí hay dos grandes sabidurías que comprender.

¿Qué necesitamos realmente para vivir?
Primero la auto-observación personal de las necesidades. Es un proceso que lleva un tiempo de maduración diferente en cada uno, pero debe ser realizado. Cada cosa que “sentimos que necesitamos” debe ser sometida al siguiente análisis: “¿realmente necesito esto? ¿para qué lo necesito? ¿puedo prescindir de ello?” Nosotros mismos al hacernos esas preguntas descubriremos nuestras verdaderas necesidades.
Es importante no comprar basados en el miedo, por ejemplo: el creer que necesitamos una vestimenta de una marca prestigiosa solo para sentirnos más importantes ante los demás, eso habla de nuestro miedo a no ser aceptado por los otros. Quizás cuando soltemos ese miedo, ya no necesitemos comprar cosas por ese motivo. Y así muchos ejemplos de muchas cosas más que creíamos que necesitamos y en verdad no las necesitábamos.
Pensemos además que “cuanto más cosas creamos que necesitamos pues más dinero necesitaremos para obtenerlo y al final más deberemos trabajar para obtenerlo”, o sea, seremos más esclavos aún del sistema de producción material. Está en uno ir encontrando ese propio punto de equilibrio personal.

Nos volvemos consumidores conscientes, consumidores con amor.

Al comprar:
¿Nos hemos puesto a pensar alguna vez que nosotros al comprar cosas somos los que generamos toda la producción? Si decidimos dejar de comprar algún bien, y muchos siguen la misma conducta, luego ese bien dejará de ser producido. Así funciona nuestro sistema de producción y consumo actual.
Entonces, por ejemplo, quizás puedo estar comprando un calzado, que para ser producido, tuvo que ser bajo condiciones muy indignas para muchos seres humanos que lo han producido en algún lugar del planeta y todo para que yo la pague más barato que otros calzados y para que una persona, dueño de esa empresa, tenga más dinero. Podemos también ver el caso de que un producto que yo compro, se produce contaminando el planeta o bien el caso de alimentos muy baratos a razón de tener elementos muy nocivos para nuestra salud. O puede ser que por pagar más barato el paquete de arroz, voy a un hipermercado que concentra las ganancias en una sola persona, en vez del almacén del barrio, que permite que una familia viva dignamente de ello. Y así sucesivamente…
Entonces debemos saber, que con nuestro acto de compra estamos diciendo: “yo estoy de acuerdo con esta forma de producción y por ese elijo comprarte este bien o servicio”.

Al pagar:
Por otro lado, al pagar estamos haciendo nuestro acto de “dar”. Esa una acción que tiene una intención, como todas. Y aquí es donde nos volvemos verdaderos consumidores cósmicos. ¿Cómo lo hacemos? Muy sencillo, al momento de hacer ese acto tan bello, de contribuir a esa persona para su sustento, mirarla a los ojos (seguramente estaremos sonrientes, si lo estamos disfrutando) y simplemente recordar la intención que estamos teniendo: “deseo que con esta suma de dinero que te otorgo a cambio del bien o servicio que me has brindado, puedas vivir plenamente y feliz, porque tu felicidad contribuye también a mi felicidad”. Cuantos más seres humanos felices existan, más feliz seré yo también!

Si estamos fuera del sistema: desocupados (para el sistema)
Debemos comprender que somos seres abundantes y aquí debemos recordar que tenemos algo muy privilegiado que las personas que trabajan no la tienen: la disposición de nuestro tiempo total. Eso significa que podemos hacer lo que queramos. Sólo debemos ver que nos hace felices hacer, de lo que está a nuestro alcance, y dárselo a otros. Ese hacer puede tener que ver con alguna habilidad manual, con algo que podemos fabricar nosotros mismos, o con alguna capacidad que tengamos de dar algún servicio de cualquier tipo.
Hoy en día ya se puede ver cada vez más algo que está de moda hablar: “microemprendimientos”. Éstos no son más que el resultado de alguna persona que no tenía nada de dinero y quería vivir de algo en nuestra economía actual. De esa manera uno puede encontrar muchos artesanos hoy que exponen sus artesanías en ferias, personas que fabrican algo en su casa (comidas, vestimentas, etc.) y lo venden a otros, personas que hacen algún servicio para otros (doméstico, arreglar jardines, enseñar algo, y todo lo que nuestra imaginación nos permita) y un sin número de ejemplos.
Lo importante aquí es no perder el enfoque de nuestro trabajo: “enfocarnos en dar de manera virtuosa”. Hacer nuestro trabajo con amor, sabiendo que otros lo necesitan y le hace bien. Las abuelas siempre fueron muy sabias en afirmar cual era el secreto de sus comidas: “las hacían con amor”.
 Como todo esto que cuento es totalmente experimentable, aquí propongo un pequeño experimento para el lector:
1)      pruebe cocinar algo apurado y con mal humor, no disfrutando del acto de cocinar. Si ya lo ha hecho esto antes, este experimento debe estar en su memoria. Lo interesante es responder esta pregunta: ¿cuán rica ha salido la comida?
2)      Ahora pruebe el caso contrario: cocine algo, no importa lo sencillo que sea, pero hágalo disfrutando cada acto, siendo feliz. Por ejemplo: supongamos que haremos un arroz hervido con algunos condimentos y algo más, por nombrar alguna comida sencilla, pero puede ser cualquier otra comida dulce o salada! Lo importante es disfrutar cada acto: cuando hiervo el agua, cuando la revuelvo con la cuchara, cuando pruebo el sabor y le agrego condimentos, cuando sirvo la comida en el plato, etc. Al final vuelvo a hacer la siguiente pregunta: ¿cuán deliciosa ha salido esta otra comida?
Si fuimos buenos científicos de nosotros mismos y probamos ambas experiencias, entonces habremos descubierto en cuál de los dos casos nos sentimos mejor. Entonces, de esa manera debemos hacer el trabajo que queramos hacer!!! Disfrutándolo!!!!

Si queremos ayudar a las personas sin ingreso de dinero, los llamados “excluídos del sistema”
La realidad actual es que existen personas que viven en la carencia extrema. Lamentablemente, ellas siguen regenerando su carencia, por una sencilla razón: su ignorancia. Y lo hacen con un “dar carente” un “dar enfocado en el recibir”, puesto que están con muchos miedos. Observaron mucha carencia en sus vidas y la siguen observando. Al observarla, la siguen pensando y reproduciendo en su futuro (recuerden que los pensamientos son parte de lo que damos al universo!). Pero sus vidas pueden cambiar! Ellos ignoran que son parte de una economía cósmica abundante, de que no precisamos pedir permiso a nadie para integrarla y ser abundantes, es nuestra propia naturaleza, nacemos con esa condición.
En principio nuestra forma de ayudarlas son varias, por nombrar algunas:
·         Dándoles una donación consciente: lo que queramos donarles (dinero, comida, vestimenta, etc), pero más importante que la donación, es la “intención”. Debe ser una acción de dar virtuosa, eso significa, sin esperar las gracias. Sabremos que lo hemos logrado si nos sentimos felices al ver a la persona feliz de recibir nuestra ayuda. Y en el momento, si logramos un dar virtuoso, quizás sintamos: “el universo es tan generoso conmigo, soy un ser tan abundante, que me siento privilegiado de poder compartir mi abundancia con este otro ser! Que felicidad es para mi su felicidad!”
·         Dándoles un pago consciente: en el caso de personas que intentan vender algo para salir de su situación de carencia, podemos hacerles un pago virtuoso. Recordemos que el pago de dinero, es un acto de dar como todos, lo importante es su intención. Entonces pensemos al pagar: “que alegría es poder contribuir con tu sustentamiento y permitir que salgas de la carencia, te entrego este dinero con mucha alegría”.
·          Actos sin dinero: A veces estas personas se sienten excluídas, sienten que uno pasa y no las mira, nadie quiere conversar con ellas y nosotros somos seres abundantes, que podemos “darles un momento de felicidad”, podemos darles “palabras amorosas”, podemos conocer un poco de sus vidas y sentir la alegría de haberlos hecho sentir hermanos nuestros, iguales a nosotros. Este es un acto tanto o más poderoso que cualquier donación que les hagamos. ¿Alguien experimentó esto alguna vez?
·         Pensamientos positivos: Como decíamos antes, la ayuda más poderosa en fin, es el pensamiento. Es lo que está detrás de todas nuestras acciones y palabras. Y aquí también, puede ser que no les demos ni digamos nada. Solo pensemos “algo lindo para ellos”. Los vemos “sonrientes, felices, saliendo de sus miedos, de sus carencias”. O hacemos una oración para ellos, o una meditación. De esta manera estamos dando una contribución muy positiva que el universo valora muchísimo! Invito a experimentarlo, quien tenga vergüenza, al menos sabe que nadie escuchará sus pensamientos!
·         Palabras de sabiduría: Una vez que nos volvamos “seres cósmicos conscientes” que integramos esta economía cósmica de amor, que somos seres felices que viven siempre en la abundancia del universo, ya estaremos en condiciones de transmitírselo también a ellos. Nuestras palabras saldrán solas y ayudarán a ellos a salir de su ignorancia, del miedo a la carencia, para ser verdaderos seres cósmicos como nosotros!!! Qué alegría tener un hermano más despierto!!! Que inmensa alegría me da!!!
Como resumen, lo importante siempre es “la intención” de nuestro dar. Volvemos siempre al principio. No importa a quien demos: un cliente, un jefe, un chico en la calle, un familiar, un amigo y no importa qué demos: acciones, pensamientos o palabras.
Y una buena noticia, para quienes sienten pena al ver las personas que vibran en el miedo. Ustedes ya los están ayudando!!! No se dieron cuenta? Lo único que necesitan es ser felices ustedes y con ello les están dando el ejemplo.
“seamos el cambio que queremos ver en el mundo” Mahatma Ghandi.

Camino a la civilización planetaria

Vamos camino hacia una nueva civilización planetaria elevada espiritualmente, relacionada en armonía, vibrando en la paz y el amor. Por ende, una comunidad de seres felices, en sintonía con todo el cosmos. Quizás muchos piensen en John Lehnon y sientan que esto es una utopía, pero no importa! Ya los cambios no dependen de que alguien los crea o no los crea, la fuerza de cambio es mucho mayor en este momento. Así que los invito a vivir ese mundo que ya está aquí!
Nuestro futuro va a ser muy parecido a lo que describió el pensador Marx, lo que el vió realmente fue “nuestro futuro”, el problema que tuvimos es que quisimos llegar a él de manera violenta, lo cual es una verdadera contradicción: buscar la paz a través de la “no-paz”, es lógico que daremos vueltas en círculo. Esa forma de organización de nuestra casa (economía) va a llegar de modo natural, cuando espiritualmente todos estemos en esa sintonía, va a ser algo muy natural para nosotros. Cuando digo de manera “natural”, me refiero específicamente, de manera “democrática”, sin guerras, sin pelearnos con nadie y sin siquiera enojarnos con nadie… ¿alguien lo puede ver a eso en su mente?
Una vez que hayamos recuperado la confianza en nosotros mismos y nuestros miedos hayan desaparecido, volveremos a disfrutar de nuestra abundancia, por lo que no necesitaremos títulos de propiedad, dinero, ganancias, no existirá pobreza, ni depresión, ni nada relacionada a la antigua vibración: el miedo.  Viviremos en este planeta abundante en total armonía.

La transición

Sin embargo, eso llegará de manera evolutiva. Hacia eso vamos. Y en el medio hay una transición que es la que estamos viviendo en este momento: muchas realidades.
Es natural que el proceso de liberación de cada ser humano, de sus propios miedos, para integrarse en armonía a la economía cósmica, llevará un tiempo diferente en cada uno. Por ende, existirán muchas realidades en nuestra “casa” hasta llegar a la civilización planetaria. Lo bueno, es que cada uno estará “en la pista de baile según la música que esté bailando”. O sea, quienes estén más miedosos, estarán juntos con los seres que estén en esa realidad, quienes estén más libres del miedo, o sea, que estén viviendo en estado más pacífico y de amor, estarán en esa otra realidad. Y la buena noticia, es que la realidad de la vibración de paz y de amor es mucho más potente que la vibración del miedo, por ende el efecto contagio es inevitable! Cada vez habrá menos realidades de miedo en el planeta…
Por ende es “fundamental” comprender que coexistirán las diferentes realidades en esta transición. Y no debemos “juzgar” a los que estén con más miedos, debemos comprender que aún no han comprendido la ley cósmica, y sumidos en su ignorancia, continúan sufriendo. Nosotros, como seres más libres y sabios, podremos comprenderlos, eso nos permitirá no bajar nuestra vibración de amor y de paz, y de esa manera, siempre los ayudaremos. Para ellos podremos ayudarlos con “acciones y palabras” cuando ellos nos lo pidan y sino solo con nuestros pensamientos y nuestra vibración ya los estamos ayudando, esto es lo que está ocurriendo ahora mismo en todo el planeta.
Podemos imaginar nuestro planeta hoy como una discoteca con muchas pistas de baile, con una música diferente en cada una. Algunas más tendientes al amor, otras al miedo. Hay muchas pistas de baile! ¿En qué pista estás  bailando? ¿estás contento con tu música?
La conclusión final es que: “no necesitamos esperar que el resto cambie su vibración, nosotros podemos cambiar la nuestra a pesar de que a nuestro alrededor aún exista vibración de miedo, allí ingresamos a nuestra nueva pista de baile: la paz y el amor y nuestra realidad solo será la de ser seres felices y plenos”.
“yo decidí cambiar el mundo, y decidí empezar por mi mismo” Mahatma Ghandi.

jueves, 25 de abril de 2013

Economía Consciente


Conferencia interactiva que compartí sobre Economía Consciente el domingo 7 de octubre en el Encuentro Vivencial Ser, San José de Maipo, Chile. 
La conferencia siguió los ejes temáticos principales del evento: 
1) foco en la acción
2) foco en las relaciones humanas
3) foco en el "ser", en la creatividad.

El enfoque de economía consciente es un enfoque más filosófico donde me sirvo del enfoque de la economía cósmica como teoría vinculada más a la parte más espiritual o metafísica, pero llevada más a las relaciones humanas en sentido práctico y entendidas desde un enfoque que podría recaer en la psicología, la sociología, la filosofía en general entre otras formas de análisis. 

Desde luego que es una teoría susceptible a críticas, que la comparto con la mejor intención de que otros puedan tomar elementos prácticos para sus vidas o quizás ser inspirados para compartir otras teorías vinculadas a una economía más humanizada o más consciente que entre todos podamos construir. Lo hago en mi carácter de investigador, buscador, filósofo, desde mi propio camino espiritual, pero sobre todo, en mi carácter de ser humano íntegro en todas las partes que me componen, un ser humano que disfruta de compartir "su perfume a quienes deseen tomarlo", como lo hace la rosa en el rosal...

Muchas gracias por tu atención =) 

Martín